Uno de los dispositivos que tiene que existir en todo local comercial o institucional que se precie, así como en vehículos de transporte público o en espacios dedicados al ocio, es el extintor de incendios. Se trata de un artefacto que se utiliza para apagar fuegos en los casos en los que, de manera accidental o no, se generen aquellos.
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| Estructura interna de un extintor |
Actualmente se pueden adquirir extintores gracias a cuotas que se pagan anualmente y que incluyen tanto el mantenimiento de aquellos como la revisión o incluso su recarga.
Eso es un factor a tener muy en cuenta ya que supone un importante ahorro económico. No obstante, también es especialmente interesante saber que en el mercado existen varios tipos de extintores. Si tenemos en cuenta lo que sería el tamaño de dichos dispositivos, tenemos que dejar patente que existen dos grandes grupos:
- Los portátiles. Son aquellos que tienen un peso máximo de 30 kilos y, a su vez, se dividen en dos clases: los manuales, que pesan hasta 20 kilos, y los dorsales, que llegan a los 30 kilos.
- Los móviles. Estos extintores se identifican por el hecho de que necesitan dos ruedas para poder desplazarse. En cuanto a peso, este supera los 30 kilos.
En el caso de que lo que tengamos en consideración sea el agente extintor que poseen en su interior, tendríamos que clasificar estos dispositivos de la siguiente manera:
- De nieve carbónica.
- De halón. Este hay que subrayar que ya está totalmente prohibido porque ocasiona unos graves daños a lo que sería la capa de ozono.
- De espumógeno o hídrico de agua. Tiene la particularidad de que no sólo es uno de los más efectivos sino que también es uno de los que menos daño causan al medio ambiente.
- Para metales.
- De polvo químico seco.
- De polvos universales.
Más información en www.extintorescano.es
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